miércoles, 17 de octubre de 2012

EL OSO HORMIGUERO
(El Oso Hormiguero no ha muerto, sigue recomendando libros desde ultratumba)
 
 
 
No Debes Extrañarme
Julio Fernández Meza (Lima, 1986)
Fernández, periodista y comunicador social, ha publicado en el 2010 la novela Afiebradas Bajezas, así como diversos cuentos en revistas de literatura y publicaciones digitales.
Esta vez presenta en la Sétima Feria del Libro Upao 2012 el libro “No debes extrañarme”.
La arrebatadora Melanie y Nico virtuosillo, sarcástico y melancólico, dan vida a una extraña y autodestructiva historia de amor. Herederos únicos de legados frívolos, hijos de hogares quebrados por la azarosa vida o las penurias económicas, se aferran a una relación en la que el placer convive en franca promiscuidad con el vicio, el amor y la tragedia.



Nobilísima Ciudad de Trujillo II
Christian Oliva Capuñay
Gráfica Real
Este segundo libro de Oliva y forma parte de la colección Nobilísima Ciudad de Trujillo.
Esta colección tiene como objetivo desarrollar un programa de difusión y conservación de material gráfico, así como promover la coordinación para la ejecución de programas de conservación fotográfica.
Los materiales publicados han sido seleccionados para entregar una visión global del pasado de nuestra ciudad, tratando de cubrir los aspectos más relevantes.



Antenor Orrego y la Bohemia de Trujillo
Germán Peralta Rivera
Fondo Editorial del Congreso y Upao
Germán Peralta Rivera, es un destacado historiador que anteriormente ha publicado obras como: “La ética del joven Haya”, “Los mecanismos del Comercio Negrero” y además fue jefe del Instituto Nacional de Cultura y asesor cultural de la Presidencia de la República, durante el primer gobierno de Alan García Pérez.
“Antenor Orrego y la Bohemia de Trujillo”. 1914 – 1916, editado por el Fondo Editorial del Congreso de la República y la Universidad Privada Antenor Orrego.
Se trata de un voluminoso e interesante libro. Esclarecedor sobre la  formación  y desarrollo del grupo de jóvenes intelectuales integrados por: César Vallejo, Antenor Orrego, Víctor Raúl Haya de la Torre, José Eulogio Garrido, Federico Esquerre, Oscar Imaña, Alcides Spelucín, Francisco Xandoval, Macedonio de la Torre y Juan Espejo Asturrizaga. Dicho grupo, a mediados de la década del 20, del siglo pasado, se constituyó en nuestra ciudad de Trujillo, abarcando  diversas facetas, como: poesía, teatro, música, escultura, novela, filosofía y política, y cuya proyección internacional, quedó patentizada con la poesía de Vallejo, la filosofía de Orrego y el devenir político de Haya de la Torre.


















Un monumento equivocado





 
La instalación del monumento de Víctor Raúl Haya de la Torre, con la mano derecha levantada, originó polémica entre apristas y trujillanos. A pesar de eso, José Murgia, como alcalde de Trujillo, entregó el óvalo, tras un esfuerzo de tres años: ´95, ´96 y agosto del ´97. A Murgia, ahora le llama la atención, que el proyecto del by pass  -en el óvalo Mansiche- se desenvuelva en forma expeditiva y que con eso se traiga abajo el esfuerzo que le costó tres años, convirtiéndose en  su obra de bandera en los más de 16, que tuvo como alcalde de Trujillo. Al lado, la estatua de Haya de la Torre, con la mano derecha levantada, contrario al gesto real que siempre tuvo el líder aprista: con la mano izquierda enérgica y enhiesta.
UN MONUMENTO EQUIVOCADO
Desde la convocatoria al Concurso Nacional de Escultura, con ocasión del Centenario del Nacimiento de Víctor Raúl Haya de la Torre, la estatua del patricio trujillano tuvo un sino trágico.
Hasta el conductor de televisión, Jaime Bayly, en su sintonizado programa (en ese tiempo) se burló del Partido Aprista con su hiriente chacota, pues en el aviso publicado en el diario “La Industria”, convocando a los artistas para su participación, se cometió la gruesa falla de poner: “…la obra no debe exceder los 3 CENTÍMETROS!”. Cuando en realidad deberían haber puesto METROS.
De eso se aprovechó Bayly para burlarse, y decir que seguramente los apristas respetaban tanto la memoria de Haya la Torre, que querían perennizarla en un palito de fósforo (sic)…
La idea de recordar la obra de Haya de la Torre mediante un monumento, fue del pintor trujillano, Mariano Alcántara, quien le dirige una carta a José Murgia, el 12 de mayo de 1994, donde le precisa hasta el tamaño de la estatua, que debería ser de cuatro metros de altura, o sea, el tamaño del David de Miguel Ángel.
(De eso se aprovechó el conductor de televisión, Jaime Bayly, para burlarse del Apra)
Nuevamente, Alcántara, le reitera el pedido a Murgia con otra carta, el 12 de setiembre de 1994.
Esa vez, el alcalde de Laredo, Segundo Ruiz Pérez, “Gamba”, cuando el concurso fue un fracaso y una vergüenza nacional, criticó duramente a José Murgia: “Es una burla a la memoria de Víctor Raúl, y esto demuestra la falta de autoridad moral y de convocatoria de los que propulsaron este concurso”, declaró.
Ante el fracaso del Concurso Nacional, el mismo que fue declarado desierto, pues el premio instituido fue calificado de irrisorio, se decide porque la estatua fuera hecha en Lima por el escultor Miguel Baca Rossi.
La estatua pesa tres toneladas y media, ha sido fundida y desarrollada en Lima, pero tuvo sus agrias críticas cuando estuvo en tierras trujillanas, pues Víctor Raúl Haya de la Torre, quien promovía ideas socialistas y de centro izquierda, siempre salía -en las fotos- con la mano izquierda enhiesta enérgicamente y la escultura hecha por Baca Rossi: estaba con la mano derecha, tímidamente levantada, lo cual, fue tomado por los apristas como una ofensa.
El mismo escultor Mariano Alcántara, impulsor de la idea, criticó este hecho, y además dijo que la impresión que le daba la escultura de Haya de la Torre era que le había faltado más vigor. “Víctor Raúl no fue un hombre de rostro apacible, tranquilo, fue un hombre que estaba en actitud de lucha y de decir grandes verdades.
Hoy, en el 2012, la estatua de “Víctor Haya de la Torre”, sigue originando polémica y enfrentamientos. Apristas (Apra) y apepistas (APP), esbozan sus puntos de vista al respecto, tanto que el tema se ha convertido en una telenovela por capítulos. Por eso decíamos al principio, que desde su origen: el monumento de Haya de la Torre tuvo un sino trágico. (Los artículos publicados en OK pueden ser reproducidos o transcritos respetando la fuente).









Elefante blanco


Las casetas que se construyeron para convertirlos en stands y como entrada económica para las arcas de la Municipalidad Provincial de Trujillo (MPT), al final, nadie las quería recibir ni regaladas. Un verdadero fracaso.

Ni regalado lo querían
¡ELEFANTE BLANCO!
Uno de los desaciertos de la obra hecha  en el óvalo Mansiche, en la gestión del Ing. José Murgia, fue sin lugar a dudas el denominado Puente Peatonal, que tuvo críticas por doquier ante los asaltos que se “destaparon”, tan luego se inauguró la obra; sobre todo, porque “El Alambre”, lugar cercano, es considerado una zona peligrosa y delincuencial.
El puente tiene una extensión de 201 metros lineales por dos metros y medio de ancho y seis metros de altura. Empieza en la avenida Mansiche y termina en el jirón Salaverry y la avenida Roma.
Revisando los archivos, descubrimos que la decana del Colegio de Arquitectos, Adelí Zavaleta Pita y el decano del Colegio de Ingenieros, Rodolfo Quiroz Calderón, en 1996, cuestionaron la falta de estudio y de fluido de peatones que pasaría por el puente. Las personas tenían miedo de transitar por el referido lugar al convertirse en una zona liberada para el hampa. Prueba de ello es que se robaron las motobombas de las piletas.
En los extremos del puente aún quedan las estructuras metálicas de lo que debieron ser utilizados como stands, para ser alquilados y a través de estos el municipio pretendió recaudar fondos.
(Murgia: se sentirá herido de muerte, hablando políticamente, cuando caiga por los suelos una de sus obras emblemáticas)
Craso error: En agosto de 2002 las casetas fueron ofrecidas a las mujeres recluidas en el penal “El Milagro” para vender sus productos, pero no se concretó nada. Evidentemente, los de la MPT le querían contar chistes a las dueñas del circo, pues ellas sabían que la zona era peligrosa y nadie iría a comprarles,
En el 2003 las casetas fueron ofrecidas gratuitamente a la Facultad de Medicina de la UNT, y por último, a la Policía Nacional del Perú, pero ambas instituciones no aceptaron la oferta. Indudablemente: la inseguridad es un tema que los técnicos de la MPT no consideraron, y ahora son pocas las personas que se aventuran a cruzar el puente.
“Yo siempre lo consideré antifuncional, el puente es tan largo que a cualquiera lo asaltan a mitad de camino”, opina la arquitecta Adelí Zavaleta.
De manera que, seguramente, cuando este puente sea destruido a pico y combo, en lo más íntimo de su orgullo, Murgia, se sentirá herido de muerte, hablando políticamente, cuando caiga por los suelos una de sus obras más emblemáticas, pero que no sirvió para su fin, convirtiéndose en un elefante blanco. (Los artículos de “OK” pueden ser reproducidos o transcritos citando la fuente)


Los regidores Miguel Rodríguez Albán y Rolando Alarcón, también pusieron la pica en Flandes. “Abajo este puente que no sirve para nada”, dijeron cuando se desempeñaban como regidores de la MPT.

Lo que no dijo el ciudadano Murgia


José Murgia, presidente del Gobierno Regional de La Libertad, en conferencia de prensa, acompañado de funcionarios de esta entidad y con toda la logística regional a sus órdenes, en horario de trabajo, apeló a la figura de presentarse como un “ciudadano común y corriente” (sic), para dar su punto de vista sobre el intercambio vial del óvalo Mansiche. (foto: Agencia de Noticias Facetas)
LO QUE NO DIJO EL CIUDADANO MURGIA
El miércoles 22 de agosto de 2012, el presidente regional de La Libertad, José Murgia Zannier, convocó a la prensa local al auditorio de un céntrico hotel de la ciudad, para dar a conocer su punto de vista, mejor dicho su oposición, al denominado proyecto municipal: “Creación de Intercambio Vial de las avenidas: América Norte, Nicolás de Piérola y Mansiche, de la ciudad de Trujillo”, que ya cuenta con código Snip Nº 18991.
En esa conferencia de prensa, José Murgia, se presentó a dar sus puntos de vista sobre el proyecto vial como el “Ciudadano Murgia”, a lo mejor tratando de emular al personaje de la película “Citizen  Kane” o “Ciudadano Kane”, de Orson Welles (¿?).
La particularidad de esta reunión de prensa, es que, José Murgia, en toda su trayectoria política, nunca se había desdoblado de esa manera para atacar una obra hecha por una gestión municipal ajena, y menos para opinar sobre las obras realizadas por gestiones contrarias al Apra.
Siempre, José Murgia, guardó mesura en sus apreciaciones y siguió al pie de la letra -en los 30 años que tiene de político- aquel proverbio árabe (a pesar de haber nacido en Bolivia) que dice: “El hombre es dueño de sus silencios y esclavo de sus palabras”.
(José Murgia, ha mostrado la otra cara de la medalla de su personalidad)
Esa fue una fortaleza de Murgia, el silencio que guardaba sobre temas urticantes de la política local y nacional. Allí donde los demás políticos se mostraban lenguaraces, Murgia guardaba un perfil bajo, a pesar de que seguramente le picaba la boca para dar su opinión. Por esa característica hasta fue bautizado como el “alcalde bonachón”, que le permitió ser alcalde trujillano por más de 16 años, teniente alcalde por tres, ministro de Estado del primer gobierno aprista y ahora presidente regional por dos períodos.
Pero de un tiempo a esta parte, José Murgia, ha mostrado la otra cara de la medalla de su personalidad, sacando a relucir un carácter irascible, respondón, pendenciero, camorrista, como si otro Murgia se hubiera escapado del clóset, de la personalidad centrada y con inteligencia emocional que lo caracterizó por tantos años. Como un genio trastocado que fugó de su enclaustramiento, y salió perturbado del interior de la lámpara maravillosa de Aladino.
(Acá no vamos a hacer una defensa a la ejecución del proyecto Intercambio Vial del óvalo Mansiche)
Por eso, no llamó la atención cuando convocó a una conferencia de prensa: para “oponerse técnicamente” a un proyecto que no es de su responsabilidad; sobre todo, teniendo él tanto dolores de cabeza en su gestión regional: como las obras incumplidas por Unops, la falta de ideas para atacar la erosión costera que ya desapareció las playas trujillanas y la poca ejecución presupuestal del Gobierno Regional de La Libertad en el 2012 (25.9% de los 140 millones destinados para el rubro de inversiones), sólo por tocar algunos temas.
Acá no vamos a hacer una defensa a la ejecución del proyecto Intercambio Vial del óvalo Mansiche, pues serán los gerentes de la Municipalidad de Trujillo los que tengan que argumentar y debatir técnicamente a los detractores de esta obra. Para eso les paga la comuna y se dice que están bien remunerados, en otras palabras tienen que ganarse el pan con el sudor de su frente. Esa es su “chamba”.
Pero los trujillanos y también los que no lo son, pero que residen en esta ciudad, como el mismo actual alcalde, tienen derecho a conocer la historia de este punto de convergencia vial que ha levantado mucho polvo desde siempre.
Tiene que conocerse que no es la primera vez que la Municipalidad de Trujillo, invierte dinero en arreglar este punto neurálgico de tránsito, conocido como óvalo de la Coca Cola, óvalo Mannucci, óvalo Mansiche u óvalo Víctor Raúl Haya de la Torre, pero que en realidad es óvalo “José Faustino Sánchez Carrión”, en memoria al “Tribuno de la República Peruana”, conocido también como “El Solitario de Sayán”, prócer independentistas, creador de la Universidad Nacional de Trujillo, de la Corte Superior de Trujillo y la Corte Suprema de Lima y Ministro General de Simón Bolívar, a quién invitó para que se una a la gesta libertadora, y para eso viajó – Sánchez Carrión- hasta Guayaquil (19 de junio de 1823) en compañía del poeta: José Joaquín Olmedo.
Así obra en los archivos municipales, en las memorias ediles y en los documentos que hasta ahora existen y están apilados en el sótano del Mercado Central de Trujillo, con moho y ácaros, por si acaso, si es que alguien se anima y le interesa la Arqueología Periodística. (sic)
Trujillo es chico, casi como un pañuelo, dirían, y luego de esos encontronazos de periodistas y políticos, por alguna crítica, comentario o información, no pasa mucho tiempo en que nos volvemos a ver, a encontrar cara a cara, cada uno con sus argumentos y cada cual en distinta vereda.
Eso es lo que sucedió con José Murgia, cuando coincidimos en un café de la Plaza de Armas, momento que aprovechamos para hacerle una pregunta, ya que se mostraba con toda la fiebre y ganas de debatir el proyecto vial técnicamente, y se encontraba ataviado con planos y documentos del intercambio vial de Mansiche: “Si el partido aprista fuera de la opinión de que el monumento de Víctor Raúl Haya de la Torre, ya no se instale en el óvalo donde se va a construir la intersección, y  por esas cosas que tiene César Acuña, decide, por ejemplo, ponerle óvalo “César Vallejo”, ¿se necesitaría un acuerdo de Concejo?”.
Antes de que Murgia asiente con la cabeza, ya su séquito con el que anda, entre amigos, partidarios, colegas y seguridad personal, contestaron a coro: “Claro… se necesitaría un acuerdo del Concejo Provincial de Trujillo”.
Muy bien, cuando se le cambió el nombre al óvalo “José Faustino Sánchez Carrión”, junto al parque “Simón Bolívar”, ¿se hizo algún acuerdo de Concejo al respecto?, inquirimos.
Murgia titubeó, para reaccionar y decir: “Seguro, seguro. Debe estar en los archivos”.
OK se ha dado el trabajo de hurgar todas las sesiones de Concejo entre los años 1994 al 1997 y no hay absolutamente ningún cambio al respecto. No existe esta variación de nombre del óvalo en mención, vía acuerdo de Concejo Municipal Provincial.
En conclusión: Esto que parece una anécdota, hay que remarcarlo y dejarlo bien claro. No se hizo nunca el cambio de nombre del óvalo o rotonda “José Faustino Sánchez Carrión” a óvalo “Víctor Raúl Haya de la Torre”, que bien merecido lo hubiera tenido. Se le fue al Concejo Provincial de esa época y al mismo alcalde Murgia.
Segundo: Nunca se hizo otro acuerdo de Concejo para desaparecer el parque “Simón Bolívar” y por esa razón, debajo del puente peatonal de 201 metros lineales (que nunca sirvió para nada) existen instalados dos bustos, uno de José Faustino Sánchez Carrión y el otro de Simón Bolívar, pero sin ninguna placa que los identifique. Hay que anotar que el monumento de Haya de la Torre, tampoco tienen una placa con su nombre, por lo que pasa como un desconocido para los turistas.
GESTIÓN DE MIRIAM PILCO
En la memoria de gestión de la alcaldesa de Trujillo, Miriam Pilco Deza de Taboada (1987-1989) figura en el año ´88 la ejecución del pavimento de toda la zona circundante al óvalo “José Faustino Sánchez Carrión”, ubicado entre la Av. Mansiche y Nicolás de Piérola con Av. América Norte, y además se destinó un presupuesto para conformar estéticamente las zonas verdes con el busto, con un costo de inversión por I/. 1’ 499,269.00 (la moneda en esos años -en Perú- era el Inti).
Entre los años 1988-1989, se construyó la rotonda en el óvalo “José Faustino Sánchez Carrión”, que sirvió –se argumentaba- para canalizar el tránsito vehicular de acceso al norte de la ciudad. La construcción consistió en realizar obras de concreto simple en zonas circulares. El costo fue de I/. 2’ 406, 220.00.
Busto “José Faustino Sánchez Carrión”, se hizo de concreto armado. El monto de inversión: I/. 1’160,000.00.
NELLY ANEMIYA HOSHI: LA HISTORIA
La presencia como regidora provincial de la arquitecta, Nelly Anemiya Hoshi, en todas las gestiones que se desempeño como alcalde José Murgia, ha sido vital y decisoria en muchos proyectos y obras de Trujillo.
Anemiya cuenta en la edición 6-7 de la revista “Relieve”, que edita el Colegio de Arquitectos del Perú- Región La Libertad, (págs. 56-63), que fue invitada a postular como regidora  en la lista encabezada por Jorge Torres Vallejo, a propuesta de José Murgia Zannier, quien ya estaba como candidato a teniente alcalde (hoy se le denomina al cargo primer regidor). Murgia hacia su estreno como político, luego de haber sido presidente de la Cámara de Comercio y  Producción de La Libertad, en dos períodos.
“En algún momento le van a decir que no soy aprista y estoy vinculada con la izquierda)
“Jorge Torres Vallejo, en medio de su campaña electoral nos llamó, yo no lo conocía…en realidad fue a través del ingeniero Murgia, quien postulaba para ser su Teniente Alcalde. Él (Murgia) me busca y me dice: El ingeniero Torres te quiere conocer, así que fui a su oficina y me dijo que me quería proponer como regidora, pero tendría que continuar trabajando en los Pueblos Jóvenes (PP.JJ.), y fui como invitada en la lista aprista. Ya correcto pensé, pero fui honesta y tuve que advertirles: Uno, estoy en un proceso de divorcio que no se termina; dos: en algún momento le van a decir que no soy aprista y estoy vinculada con la izquierda, pero no soy de la línea de Letts, sino de Napurí, más dedicada a la organización”, relata en esa entrevista a “Relieve”, Nelly Anemiya, en un capítulo de la historia política local que no se conocía.
Nelly Anemiya, ejerció en las distintas gestiones del exalcalde José Murgia, como regidora de la Dirección General de Acondicionamiento Territorial y Asentamientos Humanos y en el estratégico puesto de Coordinadora General del Plan de Desarrollo Metropolitano de Trujillo (Plandemetru). Dicen, que era el poder tras el trono.
NELLY ANEMIYA PROPONE NUEVO DISEÑO DE ÓVALO MANSICHE
Nelly Anemiya Hoshi, siendo docente de la Universidad Privada Antenor Orrego (Upao), desde 1989, propone en la sesión de Concejo del 26 noviembre de 1993, la celebración de un convenio entre la Municipalidad Provincial de Trujillo y la Upao, para la elaboración e implementación de estudios y proyectos.
En sesión extraordinaria del 21 de octubre de 1994 el Concejo aprueba el concurso de 15 estudiantes del último año de las carreras de Ingeniería Civil y Arquitectura de la Upao, con la recomendación de la regidora Nelly Anemiya, quien a su vez también era docente de la Upao.
En la sesión ordinaria del 18 de octubre de 1994 se propone el trazo y derechos de vía de la intersección vial norte-cruce avenidas: Nicolás de Piérola, Mansiche, América Norte, en el actual óvalo Mansiche.
Algunos regidores -de ese entonces- recuerdan a la arquitecta, Nelly Anemiya, con apoyo de una maqueta y de sus alumnos, fundamentar la propuesta que el Concejo terminó aprobando, sacándose la siguiente Ordenanza:
Artículo 1º.- Aprobar el Proyecto de Remodelación de la intersección vial, entrada norte, en el óvalo Mansiche, cruce de las avenidas: Nicolás de Piérola, Mansiche, América Norte, cuyo nuevo diseño propone:
-Ampliar la actual rotonda de 35 metros de diámetro, extendiéndolo longitudinalmente hacia la plazuela “Simón Bolívar”, con un largo total de 110 metros, comprendiendo dos rotondas de 35 metros y de 45 metros de diámetro.
-Ampliar las actuales secciones viales del óvalo de 9 a 14 metros, así mismo, mejorar las secciones y encuentros de las avenidas Nicolás de Piérola y de Mansiche con el óvalo.
-Mejorar la intersección-Grifo Cassinelli, ubicada sobre proyección de sección vial de la Av. Nicolás de Piérola y de la Av. Mansiche, con el actual radio de giro de 8 metros, ampliando, dichos radios, a 20 metros, debiendo plantearse compensación de áreas de terreno.
Atender con solución de puente peatonal los requerimientos de transitabilidad peatonal sobre la prolongación avenida América Norte.
Artículo 2º.- Aprobar la propuesta de remodelación integral de las plazuelas involucradas, incorporando la rotonda central al monumento de “Víctor Raúl Haya de la Torre”, en homenaje a su centenario natalicio.
Artículo 3º.- Declarar de necesidad y utilidad pública la ejecución del presente proyecto, estableciéndose la obligatoriedad de los propietarios de terreno rústico o urbano, comprometido en la presente intersección vial norte, a dejar de libre disponibilidad los derechos de vía aprobados.
Artículo 4º.- Autorizar al alcalde a ejecutar las acciones pertinentes para la prioritaria ejecución de la presente obra.
Entonces tenemos que: en una sola sesión de Concejo, y sin estudios de impacto ambiental, ni de circulación vial y peatonal, como se estila y se está exigiendo hoy en día, el proyecto propuesto el 18 de octubre de 1994 en sesión de Concejo iniciada a las 12: 30 p.m. y terminada a las 17:00 horas, ya tenía luz verde y la Ordenanza que le daba el: , para ponerse manos a la obra. “Así se hacían las cosas antes”, nos comentó un regidor provincial de la época.
Para  la exregidora de la Municipalidad Provincial de Trujillo, pero en ese tiempo (1996) decana del Colegio de Arquitectos, Adelí Zavaleta Pita, “no se hizo el estudio técnico de la función y flujo peatonal de esa obra”.
“Nunca se justificó la construcción del puente peatonal, y le faltó lo que se conoce en arquitectura: el análisis de la función”.
“En el parque hay bancas dentro de las rejas, ¿quién va a sentarse allí?. El puente peatonal es tan largo que a cualquiera lo asaltan en la mitad del camino”, dice Zavaleta.
GESTIÓN DE JOSÉ MURGIA ZANNIER
La memoria de gestión de la Municipalidad Provincial de Trujillo (MPT), indica que en 1995 se gastó S/. 1’257,000 nuevos soles para mejorar el ornato y la viabilidad de la plazuela y el óvalo Mansiche.
En 1996 la Municipalidad Provincial de Trujillo destino en el rubro Ornato un monto de inversión de S/. 1´015, 137.00 nuevos soles para la remodelación de la intersección vial entrada Norte Trujillo-óvalo Mansiche.
Para la estatua de Víctor Raúl Haya de la Torre se designó una inversión de S/. 112,762 nuevos soles, bajo la modalidad de contrata.
En 1997 la MPT gasta S/. 146,828.82 nuevos soles para la construcción del obelisco para el monumento de Víctor Raúl Haya de la Torre y para la adecuación de la fuente de agua.
Además, la MPT tuvo que emplear otros S/. 22, 447.84 nuevos soles, que sirvieron para repotenciar el sistema de bombeo y mejorar la iluminación del obelisco de la plaza de Víctor Raúl Haya de la Torre.
 (En suma: las obras civiles: construcción de veredas, pistas, el puente peatonal, plazuela, etc. fueron hechas por la empresa brasileña “Norberto Odebrecht”; y las obras complementarias, como: la colocación de jardineras, rejas que rodean las áreas verdes, construcción del pedestal de monumento de Víctor Raúl Haya de la Torre y la instalación de un medidor de luz y agua, corrió por cuenta de la empresa Nevasa S.A. de Nelson Vásquez.
La pileta fue diseñada por el ingeniero sanitario Gustavo Torres, contratado por la MPT, pero la construcción estuvo a cargo de Odebrecht).




El óvalo “José Faustino Sánchez Carrión”, en la época en que Miriam Pilco era alcaldesa de Trujillo. Abruptamente con los cambios se le denominó óvalo “Víctor Raúl Haya de la Torre”. Tampoco figura el cambio en los archivos ediles. Se le fue al Concejo de esa época y al mismo Murgia.



Murgia, como alcalde, muestra orgulloso la labor concluida en agosto de 1997 e iniciada en 1,995. Con el nuevo proyecto todo se vendrá abajo. Apenas duró 15 años esta inversión.



Tres años antes, en 1994, la regidora Nelly Anemiya se había encargado de fundamentar la propuesta sobre las obras en el óvalo Mansiche. En una sola sesión de Concejo, la del 18 de octubre de 1994, se aprobó todo con puente peatonal incluido. En ese tiempo no había estudio de impacto ambiental, de tránsito, ni se exigía viabilidad, ni ocho cuartos.