EN
TIEMPOS TAN OSCUROS NACEN FALSOS PROFETAS
(Y
muchas golondrinas huyen de la ciudad)
(En ese escenario, el candidato es obligado a
convertirse en un payaso y a bailar para demostrar su “gracia” y empatía con el
público)
Este proceso electoral no se puede considerar
atípico, sigue su fase involutiva y cuesta abajo impuesta por los partidos y
los mismos políticos, desde hace más de dos décadas. Así como van las cosas, es
improbable que se vuelvan a ver los cierres de campaña donde el candidato era
la vedette, en un escenario donde los
electores encandilados iban a escuchar las propuestas y el discurso del orador
de fondo.
Ahora prima, para atraer al elector, el grupo
musical de moda y la artista que ha copado las portadas en los diarios, y no
precisamente por sus facultades, sino por tener la mayor cantidad de
escándalos. En ese escenario, el candidato es obligado (o de motu proprio) a
bailar para demostrar su “gracia” y empatía con el público.
Si buscáramos un adjetivo a estas elecciones
podríamos encontrar varios, dentro de los cuales destacan: “Vientre de
alquiler” o “al filo de la baja”. El primero porque se han visto sociedades o
sinergias, para decirlo elegantemente, sospechosas y tiradas de los cabellos;
por otro lado, el jurado electoral, hasta la hora nona, ha tenido en vilo a la
mayoría de postulantes por no poder cumplir los requisitos de ley. Esto hace
sospechar el grado de idoneidad y aptitud de los candidatos. La regla dice: “…
si no se puede lo menor, menos se podrá hacer bien lo mayor” (ver: gerenciar
bien una institución pública).
Sobre las propuestas prioritarias y viables, no se
ha notado una diferenciación entre los candidatos, lo cual hace vislumbrar que
los postulantes solo esperan buenos resultados y aceptación -este próximo cinco
de octubre- en base a la campaña pragmática y populista que han impuesto al
elector.
Lo que diga o proponga un candidato ha pasado a un
segundo plano, pero el colmo de todo es que algunos candidatos se precian hasta
de su “mudez”, cuando la comunicación es un instinto básico que no puede ser
reprimido y menos en un proceso electoral.
Se ha visto también que, contrariamente a los que
sucedió en la primera elección que llevó a la presidencia de los EE-UU. a
Barack Obama, apoyado del poder de las redes sociales (Facebook, MySpace,
Twitter, YouTube, Flick, Migente, Batanga, etc.), aquí se han utilizado las
redes sociales, más que como una herramienta propositiva, como un medio
difamante del adversario y sin un plan estructurado. No ha existido un equipo
de campaña que haga sentir su peso como Community
Manager sobre los otros competidores.
Sobre las propuestas: ha existido una precariedad
técnica y un desconocimiento de la gestión pública, al no entender los
candidatos que un Estado debe ser: moderno, eficiente, descentralizado e
inclusivo. No se le ha dado importante prioridad a temas álgidos como:
seguridad ciudadana, erosión costera y transporte, educación, salud, trabajo,
contaminación ambiental. Los planes de trabajo de los partidos políticos están
estructurados con una serie de generalidades. Una lista de lavandería que no da
buenos augurios para nuestra ciudad y región.
Finalmente, se tiene la percepción de que ganarán
-la elección provincial y regional- los candidatos que cometan menos errores.
En ese sentido, toma actualidad la frase de César (49 a. de J.C.) cuando
atravesó el Rubicón para enfrentar a Pompeyo, pese a la prohibición del Senado:
“Alea jacta est” (la suerte está echada).